martes, 26 de junio de 2012

Estado de Yucatán


ESCUELA NORMAL DE TEOTIHUACAN

ALUMNA: Corina Estefania Flores González
2°   N.L.13


TRABAJO: Investigación sobre el Estado de Yucatán

ASIGNATURA: Variación Lingüística


PROFRA: Ana María Cópil Méndez


Ciclo Escolar 2011-2012

Introducción
“Cuna mundial del henequén”
         Yucatán, la Tierra del Mayab, es una tierra legendaria que te ofrece impresionantes sitios arqueológicos, históricas ciudades señoriales, grutas, cenotes, playas, comunidades mayas, música y gastronomía, cultura viva, herencia de nuestros antepasados…
         Yucatán es una fusión perfecta del pasado y el presente, es una danza constante de colores, aromas, sonidos, sabores, texturas… es un mosaico interminable de prodigios por descubrir…
         Aquí les gusta sonreír y hacer sonreír a la gente que los visita, la hospitalidad, la calidez humana y nuestra singularidad, nos distingue y nos sentimos orgullosos de brindárselo a nuestros visitantes.
         Yucatán es la cuna de la cultura maya y tiene un legado histórico como pocos territorios en el mundo. Entre sus inmediaciones se yerguen majestuosos centros ceremoniales, ciudades capitales y bellos edificios de piedra labrada y arquitectura perfecta
Chichén Itzá, Uxmal, Ek Balam, Dizibilchaltún, entre muchas otras, son la herencia de una de las más grandes civilizaciones del mundo, la maya, que revela sus registros milenarios, secretos, caminos y maravillas, ante los visitantes que se adentran en sus dominios.
Descripción: http://static.flickr.com/1103/1115556112_b2516afdef.jpg
     El estado de Yucatán; una de las entidades federativas de la Republica Mexicana; se ubica en la parte norte de la península que lleva su nombre, la cual esta situada en la parte mas oriental del país; a la entrada del Golfo de México. La península yucateca, de forma casi rectangular; limita al norte con el Golfo de México, al noroeste con el canal de Yucatán que la separa de Cuba, al este con el mar caribe, al Oeste con el mismo Golfo de México y al sur con la región ístmica continental; a la que se encuentra unida, y de donde parece surgir hacia el mar. El área del estado abarca 48,097 km cuadrados. Esta situado entre los paralelos 19 grados 39 minutos y 21 grados 37 minutos latitud norte y los meridianos 87 grados 32 minutos y 90 grados 25 minutos longitud oeste. La ciudad de Mérida, capital del estado, situada en medio de la zona calcárea del noroeste, se encuentra aproximadamente a 36 km de la costa norte y a una altura de 7 a 8 metros sobre el nivel del mar.
No obstante su conformación, esta península puede considerarse como una entidad insular, pues en el sur en su conexión con México Y Guatemala, es una región selvática de espesa vegetación, a la que anteriormente no la atravesaban sistemas viales que la atravesaran; no fue hasta 1950 cuando comenzó a funcionar el ferrocarril en el sureste mexicano que unió esta región con el resto de México. El. Único medio que hasta entonces había de comunicación con el resto del país era la vía marítima.
             A este aislamiento geográfico hay que atribuir muchas de las características aborígenes de Yucatán, cuyo pueblo pudo cimentar desde un principio recia personalidad  que ha resistido a otras influencias y le ha permitido conservar a través de los años su lengua y fisonomía dialectal y gran copia de sus costumbres.
            Entre los varios fenómenos patentes en Yucatán como resultado de la coexistencia de dos idiomas se destaca singularmente la presencia de voces mayas y mayismos en el español, en forma abundosa, no sólo en el habla del vulgo, sino también en el de la clase media y en el lenguaje familiar de las clases cultas.
Cuando un hablante de español o, más claro, cuando un no yucateco "hablante de español" se sumerge en la vida social cotidiana del yucateco, es seguro que queda sorprendido al escuchar evidentes diferencias léxicas, semánticas, morfosintácticas, fonéticas y fonológicas entre el habla a que está habituado y aquella otra, la yucateca, en medio de la cual se debatirá al principio por ponerse al día y, particularmente, en el uso demasiado frecuente de voces y locuciones mayas y/o híbridas de maya y español, cuyo sentido es probable que no logre desentrañar sino después de prolongada estadía en el ámbito de la "cultura del uayeísmo".
    No se requiere gran perspicacia para explicarse este fenómeno, lógico resultado de la convivencia de dos lenguas, la española y la maya, durante cuatro y medio siglos a partir de la fundación de Mérida; bastaría repetir una vez más la observación del maestro Alfredo Barrera Vásquez para tener una explicación general del fenómeno: "La lengua maya ha influido mucho en el español de Yucatán a causa de su persistencia durante 400 años de convivencia".
    La explicación del fenómeno antes bosquejado es la misma que está en la base de ese complejo cultural el de la Península de Yucatán, que hemos configurado en el concepto, en apariencia paradójico, de "insularidad peninsular yucateca"; las dos corrientes de la ósmosis cultural imponen su marca, con mayor flagrancia y nitidez en las características de la lengua resultante, al margen por supuesto de otras coyunturas específicas actuantes a través del tiempo, sobre los dos idiomas hablados indistintamente, como sucede en la Península de Yucatán, por una mayoría de la población que se expresa ora en maya ora en castellano -y no arbitrariamente por cierto- cuando las circunstancias lo exigen, como lo veremos después.
    El inicial y mantenido bilingüismo, vigente hasta nuestros días, es "pecado y penitencia", causa y efecto pues, de las características que presenta tanto el habla del yucateco en la lengua aborigen como el "español" de la península, aunque parezca que, al afirmar lo anterior, hagamos una antinomia de la sinonimia entre el "habla del yucateco" y el "español que se habla en Yucatán", pero no pretendemos decir tal cosa, puesto que el "español de Yucatán", el que se habla y escribe, bien visto no es sino "el habla del yucateco" a duras penas cernido entre las mallas de una sólida formación académica; y aun así, el habla del yucateco tiene caracteres, rasgos y matices que, como ciertos virus, traspasan los poros de los más apretados filtros; el bien decir y el mejor escribir, son más vulnerables a los embates de la lengua que se habla en la calle, que ésta a los retoques, enmiendas, pulimentos y perendengues que puede injertarle el lenguaje que se habla en los salones.
            Otras de las razones determinantes de la abundancia de hibridismos en la península es la de que los mayas, particularmente los del estado de Yucatán, o nunca osaron cambiar sus apellidos por otros castellanos, como se hizo en otras partes desde mediados del siglo XVI, o no se les permitió hacer tales cambios en el momento del bautizo y asiento del recién nacido en los libros de una parroquia; surge el Registro Civil a fines del Siglo XIX, con las Leyes de Reforma, y la costumbre ya establecida se sigue en Yucatán tanto en la Iglesia como en las instituciones civiles; en consecuencia, como los apelativos son por regla general españoles y los apellidos, mayas, hay hibridismos en los nombres de las personas, los cuales son sobresalientes, cuando un apellido es maya y el segundo castellano o a la inversa, circunstancia que ha venido favoreciendo la desaparición de los apellidos mayas.
            Dada la presencia creciente de inmigrantes indígenas de otros estados en las últimas décadas en el trabajo hacemos la diferencia entre Hablantes de Lenguas Indígenas (HLI) y Hablantes de Lengua Maya (HLM), en vez de referirnos a la maya como única lengua indígena hablada en la península, como generalmente se ha catalogado. Los datos estadísticos analizados fueron obtenidos de los Censos Generales de Población y Vivienda, de 1990 y 2000, así como del Conteo de Población realizado en 1995 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), así como de otras fuentes secundarias.
            El  maya yucateco o “maya”, como lo conocen sus hablantes, se habla en una extensa zona geográfica que comprende los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y la frontera norte de Belice. La planicie del suelo peninsular ha permitido una fácil intercomunicación entre sus hablantes lo que la hace ser una lengua viva, homogénea  y con diferencias dialectales mínimas. (Güémez, 1994: 5).
        A pesar de la supuesta homogeneidad sociolingüística del maya yucateco, los mayahablantes hacen cierta distinción entre dos variedades actualmente habladas y que denominan: a)  el jach maya o maya puro, el maya antiguo, la maya legítimo o verdadero que, supuestamente, se habla en el oriente y en el sur de Yucatán; así como en la región de los Chenes, Campeche, y b) el xa’ak’an maya o maya mezclado, la variedad moderna y corrompida por el español que se debe tanto a la emigración como a la adquisición insuficiente del maya como lengua materna, hablado en el norte, centro y occidente de la entidad. Según los hablantes, en estas regiones sólo la gente “de edad” habla la variedad preservada (Pfeiler, 1996: 2-3). Esta regionalización coincide, en cierto modo, por la establecida por Bastarrachea y Canto, (2003: 9) quienes consideran que las variantes del maya yucateco peninsular no pueden ser reducidas a una pauta común. Distinguen, así, cinco áreas geográficas: 1) Área henequenera (Mérida y sus entornos); 2) Zona del Camino Real (el occidente de la Península); 3) Oriente del Estado de Yucatán (la ciudad de Valladolid y sus entornos); Zona sur del Estado de Yucatán y central del Estado de Quintana Roo y 5) Región de los Chenes en el Estado de Campeche.  Cabe destacar que estas variaciones dialectales en el maya yucateco no genera mayor conflicto entre sus hablantes, pues un maya del sur yucateco puede entenderse bien con uno del oriente, de los Chenes o del norte de Belice.
        Por su número de hablantes, el maya yucateco (con 800,291 hablantes) ocupa el segundo lugar entre las lenguas mayas, sólo superado por el quiché (con 1,000,000); en orden descendente le siguen el mam (686,000), el cakchiquel (405,000) y el kekchí (361,000) (Jiménez, 1997: 5).
            La mayor parte de la población indígena de la Península y del Estado de Yucatán es bilingüe;  en  el 2000, 495,360 (es decir el 33.6%) declararon ser bilingües (maya y español), aunque todavía es considerable la cantidad de maya monolingües: 48,020 (3.3%). Los bilingües y monolingües representan el 37.1% de la población HLM mayor de 5 años.
        La existencia de un creciente bilingüismo en la población indígena peninsular es un fenómeno complejo que puede ser explicado por dos situaciones que se contraponen: La primera de estas situaciones impulsa la castellanización y tiene que ver con la inserción de la población maya al proceso educativo formal a la que se agregaría los procesos migratorios. La otra situación, por el contrario, refuerza la continuidad del uso de la lengua maya y tiene que ver con muchos y complejos conocimientos agrícolas, religiosos, ecológicos y de cosmovisión que se emplean y que tienen su cabal expresión en la lengua maya. Por ejemplo, muchos campesinos mayas del Sur, que radican en la zona turística de Quintana Roo, al retornar sus lugares de origen siguen participando de la vida comunal: se reúnen y hablan en lengua maya y participan en las ceremonias y rituales comunitarios. Es decir, no solamente conservan y viven de su esencia maya, sino que parte de ese conocimiento lo aplican en la reproducción de su cultura y en el reforzamiento de su identidad.
        En términos de bilingüismo relativo son estadísticamente mayores (arriba del 70%) los municipios de Akil, Cantamayec, Cuncunul, Cuzamá, Chacsinkin, Chankom, Chapab, Chumayel, Dzan, Kaua, Mama, Maní, Opichén, Sacalum, Santa Elena, Tahmek, Teabo, Tekom, Temozón, Tepakán, Timucuy, Tixcacalcupul, Tixméhuac, Uayma y Yaxcabá. Las tasas menores corresponden a la capital y los municipios costeros: Celestún, Chicxulub Pueblo, Dzidzantún, Dzilam de Bravo, Mérida, Progreso y San Felipe, con tasas inferiores al 15%.
        Es importante señalar que entre los mayas yucatecos existen diversos niveles de bilingüismo que oscilan desde un conocimiento más bien rudimentario del español hasta la casi completa pérdida del habla en maya. Para la mayoría, empero, el aprendizaje del español es tardío e incompleto, pues comienza a partir de los cuatro o cinco años de edad y se realiza con grandes deficiencias estructurales. De hecho una gran proporción de HLM que declara hablar español en los Censos Generales de Población y Vivienda tiene un manejo limitado del mismo .
        En Yucatán, el monolingüismo todavía es importante y es expresión tanto de la riqueza de la lengua y la cultura maya para dar comprensión al contexto y a la sociedad como de la carencia de recursos y de decisión para llevar educación formal a las localidades pequeñas. La población maya monolingüe en el 2000 era de 48,020, es decir el 3.26% de la población mayor de 5 años, dato que contrasta con el promedio nacional que era de 16.6%. En 1990 la tasa en Yucatán fue de 3.43%, es decir 1.7% más y se presenta con más alto porcentaje en las mujeres en todos los grupos de edad. La población total de mujeres que no habla español es de 28,587, es decir el 59.5% del total de monolingües. En los varones el total es de 19,433, es decir, el 40.5% de los monolingües. Es en el grupo de 5 a 9 años donde se observa la menor diferencia de porcentaje entre varones y mujeres monolingües, la cual va creciendo conforme aumenta la edad. En otras palabras, el fenómeno se da a la inversa, mientras decrece la población adulta maya monolingüe, crece el monolingüismo español en la población joven de las familias en las que los padres son HLM. Del mismo modo, el porcentaje de analfabetismo es relativamente más alto en la mujer que en el varón. En la entidad, del total de personas que hablan maya, el 73.4% sabe leer y escribir. Hacia 1930 se estimaba que cerca del 50% de la población yucateca era analfabeta, en el 2000 la cifra se ha reducido al 20%.
            En Yucatán la dispersión poblacional, el importante número de localidades con mayoría indígena, pero sobre todo el hecho de haber relegado la lengua maya a la condición de segunda lengua, son variables que nos ayudan a explicar el importante número de analfabetas entre la población maya, con un índice cercano al 20%, un problema que afecta especialmente a las mujeres. Asimismo, la dispersión de los asentamientos ha dificultado el acceso de sus habitantes a los servicios básicos de educación, salud y bienestar, que se concentran en las ciudades y en las localidades de mayor número de habitantes. Una de las mayores deficiencias es, sin duda, una red de comunicaciones carreteras todavía insuficiente así como el escaso desarrollo de la telefonía y otros medios de comunicación lo que tiende a mantener su exclusión.
En cualquier caso, no podemos nunca desvincular los hechos lingüísticos de los fenómenos generales de la cultura o culturas a las que sirven de vehículo. Asimismo, al igual que la relación establecida entre los pueblos de diferentes culturas produce determinados procesos en su configuración y definición, las lenguas de esos pueblos sufren similares efectos y consecuencias por el contacto establecido. ________________________________________
              Por otro lado, la diversidad de las lenguas que hablan los humanos comporta dificultades de comunicación entre sus usuarios pertenecientes a diferentes culturas. Estos problemas son fundamentalmente de incomunicación por razones lingüísticas, que sin embargo pueden llevar fácilmente a situaciones de incomprensión en cuanto que se impiden los necesarios intercambios de información relacionados con el mundo simbólico que soporta los mecanismos intelectuales y conductuales de los seres humanos.____________________
             En la actualidad, verdadera era de la comunicación, el nivel de relación entre grupos culturales diferentes es cada vez mayor, y por tanto, existe una mayor necesidad de comunicación e intercomprensión. Sin embargo, se viene generando una problemática peculiar aplicable tanto a las culturas como a las lenguas. Por una parte, una actitud de posicionamiento autárquico y en exceso conservador por los usuarios de una lengua determinada, puede provocar, según algunos, su propio anquilosamiento, e incluso su subsiguiente extinción. Por otra parte, un uso permeable y excesivamente abierto a modificaciones introducidas por la utilización indiscriminada de préstamos, barbarismos, neologismos, etc. podría llegar, según otros, a una situación tal de desfiguración, que igualmente pudiera llevarla a su desaparición.______________________________________
                El estado de “salud” de una lengua, se convierte así en un indicador de especial significación sobre el estado de desarrollo y vigor de una determinada cultura y consiguientemente del grado de conciencia nacional de ese pueblo, por lo consiguiente una cultura nacional que pierde su lengua vehicular puede entrar en un proceso de difuminación de la propia identidad nacional.

Conclusiones
 Esta división muestra no solo los hechos lingüísticos sino también el reconocimiento de estas regiones por los propios hablantes, variantes que no llegan a ser dialectos sino solamente variantes regionales con mutua inteligibilidad. Por otro lado, los límites geográficos entre una y otra variante no se pueden trazar de forma precisa y definitoria justamente porque todas están interrelacionadas y de alguna manera muestran los lazos existentes entre los mayas de hoy.________________________________________________-----
              Finalmente, quiero terminar  manifestando que las identidades lingüísticas no deben buscarse solamente en los hechos puramente lingüísticos, hay que pasar más allá del mero contraste típico de sordo-sonoro, pasado-no pasado, etc. Tenemos que tomar en cuenta que toda lengua es una realidad constituida colectivamente y es en el seno de una comunidad que se hace disponible para el uso individual, como instrumento de cohesión, identificación, comunicación y expresividad creadora, por lo tanto tenemos que aceptar que las lenguas son la expresión de la identidad colectiva y de la manera distinta de percibir y describir la realidad, pero dicha realidad no está solamente en la lengua. ____________________________________________
              Asimismo, como se ha intentado mostrar, la identidad lingüística conlleva ideas de otro tipo en las que están presentes singularidades culturales, afectadas por la propia historia de un pueblo o de un territorio concreto. De cualquier manera, estos procesos de autoadscripción vienen a fundamentarse sobre la existencia de sentimientos de pertenencia y de diferencia, entre colectivos humanos que, asentados en un mismo espacio y territorio, presentan divergencias de carácter lingüístico, religioso, étnico, o cultural, o combinaciones de estos elementos, todo lo cual debe llevarnos entonces a la búsqueda de las distinciones entre nosotros y ustedes y entre nosotros y los otros, principio básico para la determinación de las identidades.

           

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