ESCUELA
NORMAL DE TEOTIHUACAN
ALUMNO:
Omar Juárez Morales
2°
TRABAJO:
Investigación sobre el Estado de Campeche
ASIGNATURA:
Variación Lingüística
PROFRA:
Ana María Cópil Méndez
Ciclo
Escolar 2011-2012
Campeche es uno de
los 31 estados que, junto con el Distrito Federal, conforman las 32 entidades federativas de México. Se
localiza al sureste de la República Mexicana y al oeste
de la península de Yucatán, entre los
paralelos 17°49' y 20°51' de latitud norte y los meridianos 89°06' y 92°27' de
longitud oeste. Colinda al noreste con el estado de Yucatán, al este
con el estado de Quintana Roo, al sureste con Belice, al sur con
la República de Guatemala, al suroeste con el estado de
Tabasco y al oeste
con el golfo de México.
Campeche, con una extensión
total de 57.924 km², el 3,0% del territorio nacional, es una de las tres
entidades que conforman la península de Yucatán. Su población
total, según cifras del Censo de Población y Vivienda 2010, es de 822.441
habitantes. Desde el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una
posición de transición entre la selva tropical del Petén
guatemalteco y la selva baja caducifolia del extremo norte de la península de Yucatán.
Toponimia
Existen diversas teorías
acerca del origen de la palabra Campeche (maya: can pech, «serpiente
y garrapata»)?.
Otros indican que Campeche se
deriva de las palabras kin (maya: Kin, «sol»)? que
significa sol y pech, como ya se indicó, garrapata. Algunos suponen que
a este nombre (kin pech) se le puede agregar el prefijo ah que quiere
decir lugar y en conjunto diría "lugar del señor sol garrapata".
Escudo
Escudo de Campeche.
Inicialmente el escudo
pertenecía solamente a la ciudad de San Francisco de Campeche, otorgado en 1777
por el rey Carlos III de España, pero
posteriormente fue adoptado para todo el estado.
El escudo está dividido en
cuatro partes. A cada una de ellas se le llama cuartel. El fondo rojo de los
cuarteles que se encuentra arriba a la izquierda y abajo a la derecha,
significa valentía, firmeza y honradez, mientras que las torres manifiestan la
grandeza y poder en la defensa del territorio. Los navíos de los cuarteles superior derecho e izquierdo
indican la condición de puerto marítimo importante y el azul que los enmarca,
suma a estas virtudes la pureza de sentimientos, la lealtad y la honestidad. El
escudo cuenta con una bordadura de oro, y en la parte superior central se
observa una corona real, que expresa majestuosidad.
El escudo del estado de
Campeche es uno de los más ornamentados en el país y que conserva su vigencia
hasta nuestros días desde épocas coloniales.
Historia
La historia del estado
Campeche propiamente dicha empieza en la primera mitad del siglo
XVI. Antes de eso, el territorio que hoy se denomina Campeche y, en
general, la península de Yucatán, era un
reducto territorial en el que se desarrolló, probablemente por más de un
milenio, el pueblo y la cultura maya y que fue llamado por los
propios mayas, el Mayab.
Poblamientos prehispánicos
Los indicios más tempranos de
ocupación humana, en el actual territorio de Campeche, se remontan a fines del Preclásico Medio,
hacia 550 a. C. Durante esa época, la región de las tierras bajas mayas
experimentó diversos movimientos migratorios que llevaron de sur a norte a
núcleos importantes de gente, quizá para colonizar regiones hasta ese momento
vacías. Este movimiento seguramente tuvo como causa un crecimiento de la
población que obligó a buscar nuevas tierras. Se ha encontrado evidencias de
ello en sitios como Becán, Edzná, Dzibilnocac, El Aguacate y Alimoche.
En la costa los primeros
asentamientos parecen ser el resultado de dos corrientes migratorias: el
suroeste fue ocupado por grupos procedentes directamente de las tierras bajas mayas del sur, mientras que en la
costa norte los grupos procedían del interior de la península. Los sitios más
representativos de la costa sur son Aguacatal, Xicalango y Tixchel.
Los primeros habitantes de
Aguacatal llegaron entre 300 y 100 a. C., y eran portadores de una cultura
avanzada, con edificios templo y una cerámica tipo Chicanel. Existen múltiples
sitios costeros con habitación, durante el Preclásico Tardío.
Eran comunidades agrícolas, aunque parte de su subsistencia se basaba en la
explotación de los recursos marinos. Por otro lado, la mayoría de los sitios
tempranos de la costa noroeste de Campeche fueron basureros y depósitos de
concha. Eran comunidades de subsistencia. La extracción y comercialización de la sal
fue la actividad principal de estos grupos, en los lugares donde fue posible su
explotación. En esta parte de la costa, los asentamientos más importantes
surgieron durante el periodo Clásico. En el Preclásico Tardío los asentamientos
fueron mínimos.
Existen, desde luego, muchos
otros sitios arqueológicos en Campeche que, sin duda, tuvieron sus inicios
durante el Preclásico Medio y Superior, como Calakmul, Hormiguero
y Río Bec, en el sur; El Tigre, en el suroeste; Dzibilnocac y Tabasqueño, en el
centro, y Jaina, en la costa norte.
El final del Preclásico Medio y el
Tardío fueron periodos de una gran dinámica, en los cuales hubo un aumento
general de las poblaciones, posiblemente con presiones demográficas que habían
de catalizar la organización política y los enfrentamientos armados, eran
comunidades portadoras de una agricultura extensiva e intensiva, así
como poseedoras de una cerámica perteneciente a la esfera Chicanel. Para esa
época ya existía un sistema de comercio que permitía el intercambio de ciertos
productos entre comunidades del sur y del norte.
Después de la conquista española
Poco después de la Conquista,
empezaron a arribar al puerto de Champotón los primeros evangelizadores: fray
Diego de Landa, fray Juan de la Puerta, fray Luis de Villalpando, fray Diego de
Béjar y fray Melchor de Benavente. Ellos iniciarían la evangelización en San
Francisco de Campeche, Calkiní, Champotón y Mérida. También fungieron como
educadores, enseñando a los indígenas las letras y los números.
En 1531 llego a Campeche el
conquistador Francisco de Motejo y fundó ahí la villa de Salamanca de campeche,
nombro como alcalde a Gonzalo Nieto y siguió su camino para recorrer el resto
del a península. Cuatro años después, tanto el alcalde como su guarnición,
abandonaron la villa y se fueron a Tabasco.
En 1540, Francisco de Motejo,
hijo del conquistador con el mismo nombre, llego a tierras campechanas, se
enfrento a los mayas del lugar apoyado por indios de otras regiones, los venció
y fundó el 4 de octubre la ciudad de San Francisco de campeche.
En el año de 1543, se creó la
Audiencia de los Confines de Guatemala. Al año siguiente, Yucatán se incorporó
a dicha institución. Campeche, Champotón, Hecelchakán y Calkiní se empiezan a
poblar de españoles. Las regiones de los Chenes y la selva campechana quedan
como zonas rurales, donde los pueblos indígenas eran sometidos a encomenderos
españoles.
Carta Naval de la Bahía de Campeche.
Bajo estas generalidades, a
partir de 1564 —cuando ya habían comenzado los ataques piratas a las naves
españolas y a las poblaciones de la costa— se estableció la Capitanía General
de Yucatán, y fue el señor Luis de Céspedes y Oviedo el primero en ostentar el
título de gobernador y capitán general, quien consideró la necesidad de
fortificar la villa de San Francisco de Campeche.
En 1548, un año después de
terminada oficialmente la Conquista de la península yucateca, el territorio de
Yucatán se anexa al virreinato de la Nueva España, quedando como provincia.
Poco después se dividió en cuatro cabeceras: Mérida, Valladolid, Campeche y
Bacalar. El mismo año Campeche es reconocido como parte de la Capitanía General de la
Provincia de Yucatán.
En San Francisco de Campeche,
se tuvo conocimiento de lo que le esperaba en materia de conflictos de mar y
tierra cuando los piratas la atacaron por primera vez en 1557; en esta fecha,
se presentó un grupo de ellos que abordó un barco entrando al puerto. Años más
tarde, hacia 1561, hubo piratas de distintas nacionalidades que desembarcaron
en San Francisco de Campeche; los habitantes defendieron la plaza y recuperando
lo robado lograron ahuyentarlos.
Estos acontecimientos no
permitían que la población se desarrollara con tranquilidad y a menos de dos
décadas de su fundación, San Francisco de Campeche vivió una colonización
difícil de prever, protagonizada por piratas ingleses, quienes llegaban
buscando explotar el palo de tinte; ocuparon
por primera vez la Isla de Tris —más tarde Isla del Carmen— el 26 de
octubre de 1558. La sonda de Campeche, que era por naturaleza la más abrigada y
tranquila, fue convertida en la más peligrosa por obra de los piratas. Los más
conocidos fueron en su mayoría de origen británico, como por ejemplo William
Parker, Henry Morgan, Jacobo Jackson (llamado conde
de Santa Catalina) y Mansvelt; también hubo piratas de otras
nacionalidades, como Diego el Mulato, oriundo de La Habana; Cornelius Jol Pie de Palo, holandés;
Bartolomé, portugués; Rock Brasiliano, holandés; François L'Olonois o
Juan David Nau el Olonés, francés; Laurent Graff Lorencillo,
flamenco; Lewis Scott; Gramont, francés; Van Horn, holandés; Abraham, holandés;
Joseph Cornelius, holandés; Isaac Hamilton; John Bold; Vander Brull; Barbillas.
Henry Morgan.
Las bases o refugios para la
delincuencia marítima estuvieron en Jamaica, para los
ingleses, y en Isla Tortuga, cerca de Haití, para los
franceses. Los navíos utilizados para estas correrías han sido caracterizados
con el nombre de carraca o buque mercante entre los portugueses, patache o barco
de vela de dos palos, galeón de dos o tres cubiertas, aparejado con tres palos
y de popa redondeada; bergantín de tres palos, ligero para la huida, urca o
embarcación ancha de una sola cubierta y fragata que podía ser ágil. El
armamento conveniente constaba de mosquetes, cuchillos, dagas, cañones,
arcabuces, lanzas y rodelas, espadas y ballestas. A bordo de estas naves y con
esa clase de armas los filibusteros cruzaron el mar de las Antillas, el canal
de Yucatán, la Florida, el mar Caribe, la sonda de Campeche y la laguna de
Términos, creando además un estilo especial en su vestido y arremetiendo al
amparo de la bandera que izaban, misma que ostentaba una calavera.
Durante el siglo XVIII
Campeche había solicitado a la Corona
Española un Consulado de Comercio propio, pues estaba sometido al Consulado de México. La función
del Consulado era representar a los comerciantes de su jurisdicción ante las instancias legales y
la Corona. En las primeras solicitudes que se hicieron, en 1799, 1803 y 1809,
no existió la participación del sector comercial yucateco, aunque tampoco hubo
una oposición por parte de quienes la conformaban y se mantuvieron a la
expectativa.
Existió fuerte oposición por
el Consulado de México y el
Consulado de Veracruz (recién abierto por cédula Real) pues se veían
disminuidos sus intereses. Hasta 1791, lo único que los comerciantes
campechanos habían logrado para unificarse, había sido la formación de una
Diputación de Comercio que, similar a la de Mérida, debía ser siempre sancionada
por el Consulado de México.
Independencia de la Capitanía General de Yucatán
En la Nueva España, el 16 de
septiembre de 1810, se inició el movimiento de independencia por el ejército insurgente
dirigido por Miguel Hidalgo. Sin embargo, en él participaron diversos sectores
de la población defendiendo distintos objetivos e intereses. Un grupo pugnaba
por la salida de los franceses de la metrópoli y la vuelta de Fernando VII. La
burguesía criolla de la Nueva España aprovecharía la coyuntura para liberarse
del dominio español y de las restricciones que la Corona había impuesto al
comercio y a las industrias en sus colonias.
La Capitanía General de
Yucatán, que había disfrutado durante toda la Colonia de ciertos privilegios
concedidos por España, y en la que los grupos económicos y políticamente
poderosos mantenían estrecha relación con la metrópoli, no participó directamente en
estos primeros brotes de insurgencia. A pesar de ello, en la Intendencia
alcanzaron cierto eco los principios liberales que ya se difundían por toda
Europa.
Formación del Estado de Campeche
El estado de Campeche se formó
el año de 1862, como
resultado de una larga lucha política entre los políticos yucatecos de mediados
del siglo
XIX que llevó a la escisión de la
integridad político administrativa del estado de Yucatán, cuya geografía había
surgido directamente del territorio que fue el de la Capitanía General de Yucatán en la época
colonial y que se integró a la nación mexicana en 1824, después de
su independencia de la corona
española.
Ese año de 1862 surgió a la
vida política el estado de Campeche, mediante el decreto del 19 de febrero del
presidente Juárez que reconoció a la nueva
entidad federativa. Juárez pudo proceder a este reconocimiento en virtud a la
Ley del 11 de diciembre de 1861, que le
había conferido amplias facultades en todas las ramas de la administración
pública. El decreto definitivo, ya que en el proceso legislativo se obtuvo la
sanción de la mayoría de las legislaturas de los estados fue, poco más tarde,
un cumplido legal y tuvo el carácter de ratificación. Éste, se expidió el 29 de
abril de 1863. El estado se formó con uno de los distritos yucatecos: el de
Campeche (los otros eran Mérida, Tekax, Izamal y Valladolid), el
distrito de Campeche lo formaban los partidos de Carmen, Champotón, Campeche, Hecelchakán y Bolonchenticul. El primer
gobernador campechano fue el licenciado Pablo
García y Montilla.
La región que conforma al
actual estado de Campeche, fue de suma importancia por los árboles de maderas
preciosas que se levantaban sobre lomeríos, planicies y pantanos, así como en
las orillas de los ríos y lagunas. La historia de la riqueza maderera está
relacionada con las incursiones filibusteras, principalmente de ingleses y
holandeses. Cuando los filibusteros se hacían de un gran botín, adquirían una
pequeña embarcación y un cañón; una correría afortunada producía otras veinte
naves; si eran un centenar, se les creía mil. Era difícil escapar de ellos y
mucho más seguirlos; sorprendieron y saquearon las ricas ciudades de Chagra,
Maracaibo, Veracruz, Panamá, Puerto Rico, San Francisco de Campeche, Santa
Catalina y los suburbios de Cartagena.
Sin embargo, esta situación
habría de cambiar radicalmente por los sucesos políticos que conmocionaron a la
Nueva España, a principios del siglo XIX. España había sido invadida por el
ejército francés de Napoleón, quien impuso como rey de la Península Ibérica, a su
hermano José Bonaparte, en sustitución de Fernando VII.
Hacienda Uayamon; actualmente usada como
hotel.
Entre 1880 y 1883, gobernó
Campeche Arturo Schiels, y para el siguiente cuatrienio, Joaquín Baranda
triunfó de nuevo en las elecciones. Baranda aceptó la gubernatura, pero en
1885, pidió al Congreso campechano y obtuvo licencia indefinida de su cargo,
quedando como interino Juan Montalvo. El resto del tiempo que duró el régimen
porfirista, de 1887 a 1911, Campeche tuvo, entre licencias y renuncias, catorce
gobernadores.
Durante la dictadura
porfirista, la economía campechana continuó basándose en el cultivo y comercio
de maíz, arroz, caña y ganado para el mercado interno; en la exportación del palo de tinte, de sal y
de maderas. Sin embargo, el comercio de la sal se vio afectado por el decreto
federal del 7 de octubre de 1881, que permitía su libre importación del
extranjero. La industria naviera, que hasta la década de los sesentas había
tenido mucho peso, declinó notablemente hacia fines de siglo.
Por otro lado, la extracción y
comercialización del palo de tinte, que
durante los años críticos de guerra había disminuido por falta de mano de obra,
se recuperó rápidamente, manteniendo el partido del Carmen como uno de los dos
más importantes del Estado. El otro era Campeche, que también exportaba palo de
tinte, maderas y un gran volumen de sal.
En 1881, el gobernador Arturo
Schiels, solicitó y obtuvo del gobierno federal la concesión para abrir nuevos
canales derivados de los ríos, Candelaria, Palizada y Champotón, con el fin de
utilizarlos para transportar el palo de tinte y otras maderas preciosas. Ello
serviría, además, para incrementar las relaciones mercantiles que existían
entre Campeche y el estado de Chiapas y Guatemala.
La venta de palo de tinte campechano
se incrementó año tras año, hasta llegar a la exportación de cien mil toneladas
durante el año de 1896; pero a partir de ese momento, la actividad fue
perdiendo importancia y, para 1915, sólo se exportaron al extranjero diecisiete
mil toneladas.
La razón de lo anterior estaba
en la utilización de colorantes químicos en Europa, los cuales se empezaron a
emplear desde 1855 y, para fines de siglo, se habían generalizado en la
industria del viejo continente.
En la etapa porfirista,
Campeche mantuvo en el mercado sus ya famosas maderas y, asimismo, se inició en
la entidad la explotación del chicle, aunque esta actividad solo cobraría
importancia hasta principios del siglo XX.
En Campeche, al igual que en
el resto del país, los primeros años del siglo XX se caracterizaron por la
dominación política y económica de un pequeño grupo que ejerció el poder local,
a la manera de Porfirio Díaz en lo
nacional. Tal vez con menos uso de la fuerza pública o de guardias blancas,
pero no por esto el sistema de explotación fue menos brutal. Los mecanismos de control
y la alienación del trabajador crearon condiciones en la que el descontento no
produjo levantamientos populares de importancia, salvo pequeños brotes de
rebeldía en algunas haciendas y fincas rurales de Tenabo, como la finca
"Chilib"; o en Champotón, en las fincas de San Pablo y
Haltunchén, en las cuales los protagonistas fueron jornaleros jamaiquinos y
huastecos, que fueron controlados sin mayor problema, incluso sin que se registraran
enfrentamientos armados.
Se continuó la aplicación de
la ley agraria que legitimaba la esclavitud de los peones y sus familiares.
Pero, no obstante esta medida para fijar al trabajador en las fincas de campo,
oficialmente fue señalado como un problema la baja colonización de tierras
laborales; de ahí que se buscara estimular la participación de hacendados en
proyectos de inmigración de trabajadores japoneses, de manera experimental,
como sucedía en el vecino estado de Yucatán; esta
medida no tuvo éxito. Igualmente, se solicitaron prisioneros yaquis al gobierno
federal (llegando a Campeche un total de 165, formados por partes iguales de
mujeres y niños), sin embargo estos tampoco fueron significativos.
El proceso de acumulación de
tierras en pocas manos se aceleró en esta primera década, y en manos de 14
hacendados se acumularon 147 haciendas, que representaban la quinta parte del
territorio del estado de Campeche.
La economía fue
fundamentalmente agrícola y forestal: maíz, caña de azúcar y henequén fueron los
principales cultivos; en lo referente a la explotación forestal, las maderas
tintóreas y las resinas de zapote, principalmente el "palo de tinte".
Aunque por esas fechas dejaba de ser rentable, a raíz de su casi extinción en
los partidos de Champotón y Carmen, y la guerra ruso japonesa que originó el
cierre del principal mercado. Por otra parte, el henequén, a pesar de
que se incrementó su cultivo, no logró ser dominante en la economía campechana.
La caña de azúcar dejó de ser exportada y abasteció al mercado interno de la
península.
La inversión extranjera fue menor, en
forma directa, que el promedio general en el país, pero controló las ramas
fundamentales de la economía. Así, la resina de zapote y el palo de tinte
fueron monopolizados por la Compañía Laguna Co. y la Internacional Lumber and
Development; y el henequén, Tebro Bros. y la International Harverst Co., todas
de capital norteamericano. La Compañía S. Pearson and Son LTD inició la
explotación en busca de petróleo en el
territorio de Campeche.
Geografía física
El estado de Campeche se
localiza al sureste de la República Mexicana y al oeste
de la península de Yucatán, entre los
paralelos 17°49' y 20°51' de latitud norte y los meridianos 89°06' y 92°27' de
longitud oeste. Colinda al noreste con el estado de Yucatán, al este
con el estado de Quintana Roo, al sureste con Belice, al sur con
la República de Guatemala, al suroeste con el Estado de
Tabasco y al oeste
con el golfo de México.
Campeche, con una extensión
total de 57.924 km², el 3,0% del territorio nacional, es una de las tres
entidades que conforman la península de Yucatán. Su
población total es aproximadamente de 754.730 habitantes, el 0,7% del total del
país. Desde el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una posición de
transición entre la selva tropical del Petén guatemalteco y la selva baja
caducifolia del extremo norte de la península de Yucatán.
Hidrografía: Son cinco los
ríos principales que forman parte de las aguas continentales del estado de
Campeche, con una extensión de 200 km².
Cuenta además con cuatro
regiones, siete cuencas hidrológicas y 2.200 km² de lagunas costeras, en donde
se encuentra una de las principales riquezas naturales de la entidad: la gran
variedad de especies marinas.
Como parte de la Región
Hidrológica Yucatán-Oeste, el municipio de Campeche carece de corrientes
superficiales. Por el contrario, se observa la presencia de grietas en su parte
norte y noroeste, por las cuales el agua de la lluvia ha formado cauces
subterráneos, sin embargo, tiene cuerpos de agua pequeños en las zonas de Edzná
y Hampolol.
El nivel freático se encuentra
a profundidades que van de 6 m a 90 m y su aprovechamiento agrícola se hace a
través de obras de riego; su ubicación en el territorio estatal lo hace uno de
los municipios con mayores recursos hidrológicos.
Los ríos, lagos, lagunas y
esteros sobre el territorio de Campeche abundan en la porción sur y suroeste,
mientras que van disminuyendo hacia el norte, debido a la rápida filtración del
agua al subsuelo.
Orografía:
El relieve del territorio, en
general, es plano con alturas máximas de 300 metros sobre el nivel del mar; las
pendientes varían hasta un máximo de 15%.
El medio físico de Campeche es
particularmente favorable para las actividades agropecuarias, forestales y
pesqueras. Sus recursos naturales lo sitúan como uno de los estados con más
diversidad y abundancia de ellos de la República Mexicana.
La base continental se formó
mediante la continua acumulación de fragmentos finos y gruesos de carbonato de
calcio y magnesio de origen marino (calizas, durante los periodos del eoceno y
oligoceno). La superficie estatal se considera que está formada por rocas
sedimentarias que descansan en formaciones terciarias y que no han recibido
movimientos orogénicos notables.
En el sur de Seybaplaya, en el
municipio de Champotón, se inicia una serie de lomeríos conocidos como sierra
alta o Puuc, que se dirigen al noreste, hasta Bolonchen, y ahí penetran en el
estado de Yucatán, tienen una altitud media de entre 40 y 60 metros, llegando a
alcanzar en algunos puntos más de 100 metros.
En su recorrido por la costa
cercana a la ciudad de Campeche estos lomeríos forman acantilados con puntas
conocidas con el nombre de Maxtum, Boxol y el Morro. Por el otro lado de
Seybaplaya, hacia el sur, hay una derivación con estas lomas que se conoce como
Sierra Seybaplaya. Estos cerros se extienden por el centro del estado,
perdiendo altitud al sur del río Champotón en dirección a Escárcega.
En el sureste se encuentra la
parte más elevada del relieve, cerca de los límites con Guatemala y Quintana
Roo; las máximas elevaciones están cerca de Zoh Laguna y las principales son:
el Cerro Champerico (390 metros de altitud), Cerro los Chinos (370 metros),
Cerro el Ramonal (340 metros), Cerro el Doce (250 metros) y Cerro el Gavilán
(210 metros).
Esta zona es muy extensa y su
superficie es casi plana, ya que también se presentan lomas separadas por
extensas zonas bajas. Al descender de las partes más altas hacia las bajas del
centro y oeste de Campeche, el terreno aparenta formar una especie de
escalones, lo que le da a la región características de meseta baja.
Clima:
El estado cuenta con tres
tipos de climas: Am cálido húmedo con abundante lluvia en verano, A(W) cálido
subhúmedo con lluvias en verano y BS1(h') semiseco cálido.
En general, el clima del
estado de Campeche es cálido subhúmedo con lluvias en verano y con una
precipitación pluvial de 1,300 a 1,500 mm; el período de lluvias es de junio a
octubre. La temperatura media anual es de 27 °C; no se presentan heladas, y en cuanto
a huracanes, su litoral es el de menor incidencia.
Si bien la importancia de las
precipitaciones incide en la actividad agrícola temporalera, su potencialidad
radica primordialmente en la recarga de los mantos acuíferos.
Su posición geográfica dentro
del trópico, aunada a su vecindad con el golfo de México y el mar Caribe,
determinan la presencia de climas cálidos, húmedos y subhúmedos con lluvias en
el verano, con temperaturas medias anuales superiores a 22 °C y una
precipitación total anual que varia de menos de 1.000 milímetros en el norte,
en parte del área que fisiográficamente corresponde a la provincia denominada
“península de Yucatán”, sobre zonas calizas que favorecen la infiltración,
hasta cerca de 2.000 milímetros en el suroeste en la llanura costera del Golfo
Sur, donde por la naturaleza del terreno es mayor, razón por la cual se
presenta un gran número de corrientes y depósitos de agua, como los ríos
Palizada y Cantería o las lagunas de Atasta y Pom.
La temperatura promedio anual
es de 27 °C, presentándose los niveles máximos antes del solsticio de verano
con un promedio de 28 °C, alcanzándose una temperatura máxima histórica de 43
°C.
Flora y fauna de
Campeche
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Demografía
Población
Según las resultados que
arrojó el Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Campeche contaba
hasta entonces con un total de 822.441 habitantes, de dicha cantidad, 407.721
eran hombres y 414.720 eran mujeres. La tasa de crecimiento anual para la
entidad durante el período 2005-2010 fue del 1.7%.
Principales localidades
Principales localidades de Campeche, localización
y población
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Localidad
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Municipio
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Población
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Localidad
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Municipio
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Población
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1
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220 389
|
6
|
11 686
|
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2
|
169 466
|
7
|
10 285
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3
|
30 881
|
8
|
9812
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4
|
29 477
|
9
|
8711
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5
|
14 934
|
10
|
8694
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INEGI (2010)
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Política
El poder Ejecutivo del estado
está depositado en el gobernador de Campeche, electo
cada seis años, sin posibilidad de reelección. El poder Legislativo se compone
de una asamblea unicameral de 35
diputados, 21 electos por mayoría relativa y 14 por representación proporcional electos en
una sola circunscripción electoral que es todo el estado. El poder Judicial
tiene como cabeza el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Todos los poderes del estado
tienen su sede en la ciudad de San Francisco de
Campeche, los poderes Ejecutivo y Legislativo, de hecho, tienen sus sedes como
vecinos, en la avenida 16 de Septiembre, mientras el poder Judicial se ubica en
la Av. Patricio Tuerba y Regil, esquina con Av. Casa de Justicia.
Municipios del estado
El estado de Campeche está
conformado por 11 municipios. Los municipios están
gobernados por ayuntamientos cuyo primer
regidor es el alcalde o presidente municipal; radicando éste en la cabecera municipal, localidad
que también alberga a los síndicos y regidores del cabildo municipal, un
secretario, un tesorero y varios servidores públicos más.
Los ayuntamientos basan su
composición en secciones municipales. Dentro de estas secciones municipales se
encuentran localidades que por su ubicación estratégica y su influencia sobre
comunidades más pequeñas, pueden convertirse en polos de prestación de
servicios y dinamizadores del desarrollo regional.
Municipios de Campeche
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Clave
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Municipio
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Cabecera Municipal
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Clave
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Municipio
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Cabecera Municipal
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001
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007
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002
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008
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003
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004
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010
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005
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011
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006
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Economía
Palo de tinte.
El palo de tinte
Los mayas conocieron y
aprovecharon las cualidades del palo de tinte, árbol
silvestre que distinguieron con el vocablo ek; desde entonces su
presencia influyó en la historia de la región de Campeche, pues fue un recurso
que despertó ambiciones, causó beligerancias, provocó enfrentamientos y
caracterizó la zona de los ríos, dándole fama internacional bajo el nombre de palo
de Campeche. De este palo negro se aprovecharon los indígenas para teñir mantas, de lo cual
tomaron conocimiento los españoles para hacer el mismo uso, llevándolo en
cantidades considerables a la península ibérica.
Una crónica relativa a esta
época señala que cuando los españoles conquistaron la región peninsular,
descubrieron grandes cantidades de palo de tinte, al que
también denominaron palo de Campeche; así, en lugares donde había
ciénagas o en sitios húmedos, encontraron árboles de diez brazos de alto y
el grueso de una pipa, que podían producir hasta cuarenta o cincuenta quintales
de madera tintórea. Como anteriormente no había sido explotado, su
desarrollo era considerable, y en aquellos tiempos su aprovechamiento hubiera
exigido numerosos hombres, navíos y muchos años, desde Términos hasta Cabo
Catoche.
En una información cursada al
rey de España en 1565, Diego Quijada escribió:
También se
ha dado a Vuestra Majestad noticia del palo de los tintes que descubrió Marcos
de Ayala a quien por Cédula se ha dado facultad para que use de él diez años.
Hay de esto tanta cantidad que todas las costas de estas provincias, Yucatán y
en la de Tabasco y Nueva España que se pueden cargar cada año todas las
carracas del mundo.
Aunque durante el siglo XVI, y
la primera mitad del siglo XVII, los españoles ya habían iniciado la
explotación del palo de tinte, el establecimiento de los ingleses en la Laguna de Términos —en las
tierras aledañas a ésta se producía un tinte de mejor calidad— y Belice, desde la
segunda mitad del siglo XVII, fue un factor importante para el aumento de la
producción y el control de ella, por parte de los ingleses establecidos en Jamaica; a este
punto se enviaba la madera cortada en la Península de Yucatán, y desde ahí
se remitía a Europa. La producción de los ingleses se calculaba, a principios
del siglo XVIII, en cerca de 4.500 toneladas.
Con el tiempo, el puerto del Carmen ocupó el primer lugar como
exportador de la especie maderera de la cual se extraían tinturas de uso
generalizado en la industria textil europea. Fue el producto más importante
durante la época colonial y hasta fines del siglo XIX, y por su demanda los
ingleses, sobre todo, ocuparon por varios años tierras novohispanas en la Laguna de Términos, hasta que
fueron expulsados.
Al expulsar a los ingleses de
la Laguna, y dueños los españoles otra vez de esa región, trataron de impulsar
de nuevo el corte de palo y maderas preciosas. A pesar de la mejor calidad del
palo campechano, el que los ingleses extraían de sus posesiones en América lo
desbancaba con facilidad, debido a su bajo precio; los elevados fletes y los
impuestos no le permitían competir.
A finales del siglo XVIII, la
Corona Española trató de mejorar esta situación. En 1774, se declaró al palo de
tinte libre de derechos, no solamente a su entrada a España sino aun cuando
saliese para el extranjero; con ello el negocio cobró importancia; numerosos
vecinos del Carmen y Campeche pidieron licencias para el corte.
En 1778, Campeche fue
declarado Puerto Menor y, en 1796, el Carmen fue elevado a la misma
categoría, con lo que muchas trabas legales para el intercambio entre los
diversos puertos del imperio español desaparecieron. Debido a estas medidas, ya
que la industria textil europea fue necesitando cada vez mayores volúmenes de
algodón y colorantes, especialmente del palo de tinte, éste alcanzó un gran
auge a fines del siglo XIX.
La explotación del palo de tinte, así en los
años coloniales como en las primeras décadas del siglo XIX, estuvo regulada por
el Reglamento de Montes para el presidio del Carmen y su distrito, fechado el
25 de septiembre de 1795. Las condiciones portuarias tuvieron diversas
nominaciones conforme a las políticas del gobierno de México en los años
posteriores a la Independencia. Si tres siglos fueron importantes en las jornadas
de explotación, el árbol silvestre enriqueció a muchas familias de abolengo
empresarial en el Carmen durante el siglo XIX. La
prosperidad llegó a ser de tal importancia que el Carmen tuvo 12 muelles,
ocupados por barcos de vela de 400 a 800 toneladas, y otros tantos anclados
esperando turno para hacer sus operaciones. En su momento también llegaron
enormes vapores de hasta 4.000 toneladas que cargaron maderas de cedro y de
caoba.
En 1861, en la zona
productora, el estado de Campeche contaba con 37 haciendas y 23 ranchos,
dedicados fundamentalmente al cultivo de caña de azúcar y a la ganadería; hacia
el sur peninsular, en torno a las poblaciones del Carmen y Palizada —pantanos y
ríos— crecía con exuberancia el palo de tinte, en un
paraje al que solamente se podía acceder por vía fluvial o marítima. El recurso
natural estimuló ambiciones que cancelaron la producción de café, cacao y
arroz, ya que los habitantes eran enganchados para irse a los tintales con la
promesa de mayores sumas de dinero.
En los años formativos del
estado de Campeche la configuración del terreno exigía variantes en el aspecto
agrícola. En 1868 en el Partido de Champotón siguió fomentándose el cultivo de
la caña, arroz, maíz, tabaco y henequén; su producción era reducida por la
falta de brazos y la inseguridad por los sirvientes endeudados. Cuando se
fracasaba en las cosechas, la explotación de maderas y palo de tinte compensaba
las pérdidas; sin embargo, fue descendiendo la actividad, aunque aún en 1886
estaba sujeta a derechos fiscales del municipio y del estado. El 7 de agosto de
1894 el gobernador hizo notar en su informe que, de los productos más
importantes con que se contaba, el palo de tinte era el que ocupaba el
principal renglón en materia de exportación. La Ley de Hacienda del 9 de
diciembre de 1895 consideró como ingreso el corte de la tintórea, y no podía
ser de otra manera ya que en 1896 alcanzó el máximo volumen con un millón de
quintales, es decir unas 46.000 toneladas.
El palo de tinte resintió
también los conflictos internacionales y, en consecuencia, internos; por
ejemplo, el gobernador Aznar y Cano dijo el 7 de agosto de 1906 que la guerra ruso-japonesa de 1904, al
cancelar los mercados más consumidores de palo de tinte, había reducido la exportación,
produciéndose una baja en los ingresos de la entidad. Restablecida la paz en
Oriente en 1905, volvió a exportarse, produciendo ingresos al erario por razón
del impuesto respectivo, "a pesar de las dificultades que en los mercados
de consumo crea la tremenda crisis política y económica por la que actualmente
atraviesa el Imperio Ruso". El dramático final se apunta el 7 de agosto de
1909 cuando el gobernador aludió al precio, que iba a la baja con desesperante
firmeza, y concluyó "...continúa en situación tan desastrosa que no paga
ni los gastos de producción". En ese mismo año las exportaciones fueron,
en primer lugar, las maderas finas, con recaudación de 1.827.832 pesos; chicle
en marquetas, 815.713 pesos; y el palo de tinte, 103.713 pesos.
La industria europea había
requerido del mencionado recurso natural, pero aparecieron los productos
químicos, que sustituyeron la madera tintórea, y vino la consecuente baja de
precios y el comercio opulento del palo de Campeche desapareció
de los mercados internacionales en los primeros años del siglo XX; además, la
guerra europea que inició en 1914 paralizó la navegación.
La madera
Para Campeche, la decadencia
del palo de tinte, no afectó severamente la
economía local. Desde 1880 la explotación maderera, ubicada básicamente en los
partidos de Champotón y el Carmen, comenzó a cobrar gran importancia y
terminaría por superar la del palo de tinte, tanto en volumen como en precios
de exportación.
Las empresas madereras
norteamericanas, inscritas oficialmente en el Carmen en 1910, eran siete:
Markley & Millar Co., Laguna Corporation, Mexican Gulf Land & Lumber
Co., Campeche Timber and Fruit Co., Mexican Explotation Co., Agua Azul Mahogany
Co., y Aguada Grande Exploitation Co. Convertidas en grandes latifundistas, se
dedicaban básicamente a la explotación de las maderas preciosas y el chicle,
debido a ello, Campeche era el principal asiento en el país de los intereses
forestales y madereros de Estados Unidos. Como consecuencia de lo anterior, en
la primera década del siglo XX, las inversiones norteamericanas en el país en
ese rubro eran de 1.5 millones de dólares de los cuales correspondían a
Campeche más de 900 mil.
De esta forma, un alto
porcentaje de los 1.095 títulos de propiedad equivalentes a más de un millón de
hectáreas de terrenos enajenados en la entidad en el período 1877-1910, estaban
en manos extranjeras, originando inconformidad y protestas por parte de algunos
de los campechanos más ricos en contra de las concesiones a compañías que
tenían derecho a exportar libremente las utilidades obtenidas sin beneficio
alguno para el estado, además de aprovechar la escasa fuerza de trabajo
disponible con los mecanismos laborales heredados del corte de palo de tinte. El proceso de acumulación de
tierras en pocas manos fue tal que, de 1900 a 1910, existían 14 hacendados,
propietarios de 147 haciendas, lo que representaba la quinta parte del
territorio del estado y en las cuales laboraban la mayoría de los campesinos.
Los bosques del estado de
Campeche contenían una gran variedad de especies productoras de maderas de alto
valor comercial, algunas de ellas eran: la caoba, el cedro, el chicozapote, el jabín, el granadillo, el
palo de tinte, el dzalam, y otras.
De las anteriores, se pueden
considerar como las maderas más valiosas al cedro y la caoba, especies que
crecen en las mismas regiones aunque no se mezclan entre sí, sino
excepcionalmente. Se les ve crecer por igual en terrenos húmedos, pedregosos y
profundos, altos y bajos, cambiando únicamente en sus características
morfológicas.
Las zonas productoras de
dichas especies eran principalmente dos: la que comprende el municipio del
Carmen y parte del de Palizada, denominada zona de los ríos, porque en
ella los árboles de cedro y caoba estaban en los terrenos de las márgenes; y la
que se llamaba montañosa, formada por el municipio de Champotón. La montañosa
abarcaba los terrenos de Aguada Seca y llegaba a los límites con Quintana Roo y Guatemala. La forma de
explotación se subordinaba a la forma de transporte, ya bien que se tratara de
trozas para exportación o de madera aserrada para consumo local.
Los precios y las condiciones
de venta, tanto para la madera de exportación como para la de consumo local,
cambiaban con cada contratista y cada comprador; por ejemplo, en lo que al comercio exterior se refería, al no existir un
monopolio en la producción del producto, ya que existían varios productores,
era el comprador el que imponía el precio (80 dólares en promedio, o al tipo de
cambio: 4,85 pesos), en tanto que en el mercado interno, y debido a que la
mayor parte de la producción se destinaba al mercado extranjero, como
consecuencia de mayores ganancias, los precios eran regulados por la oferta y
la demanda, variando según la época del año, la explotación y excedente de
producción, y el transporte de la misma –en el Carmen el precio era de 160
pesos.
En lo que respecta a las
ganancias, existían de dos tipos: una para el exportador, y una para el
vendedor local. En el primer caso, si el metro cúbico tiene 424 pies, y si el
costo por metro cúbico era de 69,17 dólares (ver tabla 4), entonces, el costo
del pie era de 0,163 dólares, por lo que el millar de pies era 163 dólares, la
utilidad era de 83,89 dólares.
Tratándose de madera para
consumo nacional, el costo de 69,17 dólares, se reducía a 52,17, en vista de
que el impuesto forestal bajaba a 6 por metro cúbico, y que por concepto de
medición y aforo se descontaban 9, el costo total de un pie de madera en rollo
era de 0,1238 y el millar de pies resultaba a 123,82; por lo que la utilidad,
tomando como base el precio de Ciudad del Carmen, era de 36,18; ganancia inferior
a la que se obtenía exportando la madera.
En la mayoría de las haciendas
y fincas, la vida de los campesinos y trabajadores se reducía a la de un simple
esclavo. Un ejemplo de lo anterior lo constituyó la hacienda de los Carpizo,
ubicada en el partido de Champotón; en la cual y ante las protestas de los
trabajadores por el mal trato que recibían, y en claro reconocimiento a sus
prácticas esclavistas, el Sr. Carpizo, en un viaje a la Ciudad de México en agosto
de 1913, ofreció al entonces secretario de Gobernación, mejorar las condiciones
de salario y trabajo de sus jornaleros. La anterior situación, obligó en 1914
al gobernador Joaquín Mucel Acereto, a emitir el decreto No. 6, por medio del
cual abolía la disimulada esclavitud que con la tolerancia y ayuda de las
autoridades mantenían sujeto a los peones de campo en las haciendas.
A pesar de los controles antes
mencionados y la conciencia de servidumbre inculcada en los campesinos e
indígenas, la situación social y política imperante, tanto en Campeche como en
el resto del país, en donde había rebeliones provocadas por la explotación y la
represión, fueron gestando el movimiento armado que se inició en 1910. De
hecho, y como consecuencia de las políticas de colonización implementadas por
la mayoría de los gobernadores campechanos antes de la revolución, algunos de
los primeros brotes de rebeldía que surgieron en algunas haciendas y fincas
rurales de Hecelchakán (finca “Chilib”), Champotón (fincas “San Pablo” y
“Haltunchén”) y del Carmen, no fueron protagonizados por indígenas mayas o
mestizos, sino por jornaleros huastecos o jamaiquinos entre otros.
Las diferentes fases de la
revolución, iniciada por Francisco I. Madero en 1910, se tradujeron en una
lucha política -a diferencia de otras entidades del país- manifestada mediante
cambios inmediatos y en general pacíficos de los ejecutivos estatales, en los
cuales, a la toma del poder por éstos, seguía la legitimación a través de la formalidad
legal de respaldarse en procesos electorales llevados a cabo de manera ex
profeso, norma que invariablemente rigió en Campeche durante el período. De
acuerdo a datos censales, en 1940 habían desaparecido 231 núcleos de población
registrados en 1920, cuando la explotación de maderas –incluyendo la extracción
de chicle- llegó a sus máximos volúmenes. Vastas regiones, otrora boscosas y
fértiles, fueron saqueadas, forzando la emigración hacia –principalmente- las
ciudades de Carmen y San Francisco de Campeche, alrededor de 15 mil habitantes
de esos improvisados poblados.
El chicle
En la década de 1880 la
actividad chiclera llamó la atención, fue entonces que el gobernador Joaquín
Keerlegand advirtió al Congreso local de la necesidad de dictar disposiciones
convenientes para desarrollar la industria chiclera que había surgido en el
partido del Carmen.
La zona principal donde crece
el árbol conocido con el nombre de chico zapote está precisamente en Campeche
y Quintana Roo. El chicle era recuperado por incisiones
hechas en la corteza del árbol —que crecía de manera silvestre— y después era
sujeto a un proceso de cocción; el árbol requería de abundante lluvia. En 1930
se calculó que la extensión de terreno explotable era de 2.360.346 hectáreas.
Hasta ahora no existe
información suficientemente documentada sobre el origen de la industrialización
del chicle. Las versiones existentes rayan en lo anecdótico por la falta de
documentos históricos que las respalden. La más aceptada de ellas, por coincidir
con el nacimiento de la primera firma industrial de la goma de mascar, está
vinculada al nombre del general Santa Anna:
“Por el año
de 1860, cuando fue desterrado el General Antonio López de Santa Anna, se
dirigió a los Estados Unidos de Norteamérica para continuar sus bien conocidos
fines políticos, utilizó como intérprete al joven James Adams, quien observó al
poco tiempo que el citado general masticaba pedazos extraídos de un árbol
tropical. Cuando Santa Anna abandonó aquel país, dejó a James Adams lo que le
restaba de aquella goma. Adams, atraído por las observaciones que había hecho,
masticó aquello, no encontrándole ningún gusto, pero sí una notable propiedad
como estimulante de la salivación. Entonces pensó, y así lo hizo, en agregarle
azúcar y sabores, y obtuvo un dulce agradable. Animado por el resultado, se
trasladó a Tuxpan, Veracruz, para estudiar el árbol de donde provenía la ‘Chewing
gum’ (goma de mascar), comprobando que no sólo se obtenía del fruto, sino de
las ramas y el tronco, mediante incisiones que se practicaban en la corteza.
Con datos suficientes regresó a su país e inició su negocio tan sólo con
"cincuenta y cinco dólares". Posteriormente se interesaron otros
amigos suyos que aportaron mayor capital, y establecieron una fábrica que se
llamó “Adams Chewing Gum Co.”. Ya en el año de 1914, la negociación contaba con
un capital de diez millones de dólares”.
Aunque la costumbre del
general Santa Ana de masticar goma aún no ha podido ser confirmada, sí puede
establecerse definitivamente que Estados Unidos fue el país que inició la
industrialización de la resina, y el que se encargó de promover su consumo a
nivel internacional, sobre todo a través de las dos guerras mundiales del siglo
XX. El departamento de Defensa de ese país fue el principal consumidor, durante
las conflagraciones bélicas, del chicle procesado extraído de las selvas
mexicanas, e involuntariamente el ejército norteamericano el vehículo para
difundir en Europa el hábito de masticarlo. Los soldados estadounidenses
observaron que al mascar la goma controlaban mejor sus nervios y les producía
salivación suficiente para evitar la sed.
En Campeche, el
establecimiento e introducción del capital extranjero para la extracción
del chicle se realizó a través de la política de concesión de terrenos baldíos,
que inició en 1886 con el contrato que el gobierno federal celebró con el
ingeniero Manuel Vila. El ingeniero Vila recibió la concesión de deslinde de
terrenos en Campeche y, a través de él, posteriormente la Compañía Colonizadora
y Deslindadora y empresas norteamericanas se hicieron de enormes extensiones de
tierras campechanas para la explotación de las riquezas forestales que había en
ellas:
- The Pennsylvania Campeche Land and Lumber Co. (252.000
hectáreas),
- The Laguna Corporation (242.364 hectáreas),
- The Mexican Gulf Land and Lumber Co. (266.000
hectáreas),
- The Campeche Timber and Fruit Co., y
- The Campeche Development Co.
Entre todas llegaron a poseer,
casi como propiedad privada, cerca de 10.000 km² de selvas campechanas. Las
tres primeras llegaron a venderle chicle natural a la principal compañía
compradora de los Estados Unidos, la casa Wrigley.
El inicio de la explotación
del chicozapote en la entidad estuvo
precedido, en primer lugar, por un vasto proceso de concentración de la tierra
a favor de algunos comerciantes locales y de las compañías transnacionales
después. Para tener una idea de la dimensión de ese proceso es necesario mencionar
que, antes de la política de concesión de tierras, el territorio campechano
estaba prácticamente despoblado, con tres cuartas partes como terrenos
nacionales a disposición del gobierno federal. En la cuarta parte restante las
grandes propiedades no rebasaban las 2.000 hectáreas, y muy pocas llegaban
hasta 20.000. De esa manera la explotación de los recursos forestales promovió
un cambio en la estructura de la propiedad de la tierra, propiciando la
formación de enormes latifundios transnacionales en la entidad.
En 1942, el estado de Campeche
contaba con tres regiones productoras de chicle: la del municipio del Carmen,
que comprendía terrenos nacionales (41.333 hectáreas) y particulares (199,034
hectáreas), situados a lo largo del río Candelaria, en donde tenían sus
intereses empresas como la The Mexican Gulf Land and Lumber Co., The Laguna
Corporation Co., The Campeche Timber and Fruit Company, y los de las márgenes
del río Mamantel, donde estaba The Campeche Lumber Development Co.; la del
municipio de Champotón, con los terrenos nacionales que llegaban hasta los
límites con Guatemala y el territorio de Quintana Roo (568.216 hectáreas), y
los particulares de The Laguna Corporation, The Pensylvania Campeche and Lumber
Co., La Montaña, Yohaltún y San Pablo (39.194 hectáreas); y la de la llamada
zona de Los Chenes, que comprendía parte del municipio de Champotón,
parte de Hopelchén, Campeche, Tenabo y Hecelchakán, con un conjunto de 489.276
hectáreas de terrenos nacionales y 6.149 hectáreas de terrenos particulares.
En 12 años, de 1930 a 1942,
solamente la aduana de Campeche manejó
13.925.000 kilos de látex y la del Carmen 8.715.000 kilos. Esta riqueza natural
alentó una raquítica economía y sostuvo las necesidades del erario, al grado de
que la Ley de Hacienda de 1895 consideró de manera especial su explotación.
Los bosques parecían de una
riqueza interminable. Fue tanta la importancia del chico zapote que, entre 1939
y 1943, la producción chiclera representó 60% del presupuesto estatal. Campeche
fue durante muchos años el principal productor y exportador de chicle, hasta
que se debilitó el mercado después de la segunda Guerra Mundial, en virtud de
la aparición de sustitutos químicos del producto.7
La pesca
A mediados del siglo XIX se
hizo el primer recuento de la riqueza pesquera en aguas campechanas, de
especies cuyo alto valor todavía no se descubría y otras que se han extinguido.
Los investigadores señalaron la existencia del lobo o puerco marino en isla Arena;
y del lagarto, caimán o cocodrilo que tenía su asiento principal en el río
Champotón. Afirmaron que peces innumerables, de especies no clasificadas,
"hacían imposible el hambre". Citaron el "zaque", pequeña
sardineja, el bucay, el pejepluma, el corcovado, el roncador, el pámpano, el
robalo, el esmedregal (pez que "no sólo cubre la mesa de los ricos,
sino que sirve también de inextinguible materia a las salazones del
pescador"), el cazón, la lisa, el sierra y la tortuga, siendo la de
carey muy notable en la laguna de Términos. Igualmente que había en abundancia
de ostión, cangrejo, jaiba, caracol, calamar y langosta. En 1895, al realizar
otra evaluación, Alfonso Luis Velasco contó: peces como bonito, anguila, bagre,
bobo o perca negra, caballito de mar, cabrilla, curvina, dorado, mantarraya,
mero, mojarra, peje espada, raya, sabalote, esturión, tintorera y trucha;
crustáceos como asela, branquipo, camarón, camaroncillo, cochinita y charal de
mar; moluscos como almeja, argonauta bucarda y pulpo; y por supuesto el peje
lagarto en el río Palizada.
Todos estos elementos
demuestran la antigua fama de la riqueza de la sonda de Campeche; pero su
explotación comercial tardó más de un siglo, pues alcanzó su máximo desarrollo
entre 1977 y 1982. Después sus índices descendieron radicalmente por la crisis
económica, entre otras razones.
Las costas campechanas siempre
se han caracterizado por su riqueza y variedad de productos pesqueros. La
población posee una verdadera tradición, tanto en lo relacionado con la captura
de especies como en la preparación para su consumo. Cuando el conquistador
español arribó a tierras campechanas se encontró con actividades pesqueras
organizadas y hasta con una deidad de la pesca, que era adorada por los
moradores de la región en un islote frente a Champotón.
Cuenta Roberto Bolívar Cetina
que en 1937 fondeó un barco japonés, de nombre Sapporo Maru, frente a la
barra de isla Aguada, con la misión de conocer lo que sucedía 40 millas a la
redonda. Pero el comienzo de la Guerra Mundial impuso un tiempo de silencio y
peligro y no fue sino diez años más tarde cuando aparecieron los primeros
barcos estadunidenses en laguna del Carmen. Los pobladores les relataron que el
Sapporo Maru había investigado el camarón blanco gigante, cuya captura
iniciaban, y ya para 1948 había flotas extranjeras en el Carmen. Luego
aparecieron la especie rosada y el camarón café, de valor internacional.
Escribe Bolívar:
Los primeros
años de pescar camarón en la sonda de Campeche fueron duros: los suelos estaban
sucios; por tal motivo se tenía que levantar el equipo cada hora. No aparecía
el nailon, la seda, y en lugar de la cadena espantadera como hoy se usa, se
utilizaba plomada; la maniobra había que hacerla con el barco atravesado, pues
se usaba un solo equipo. En fin, fue duro el comienzo. Nadie de los armadores
aquellos hicieron gran fortuna como la hicieron los que posteriormente fueron
los dueños de las flotas que siguieron creciendo hasta convertirse en una
industria poderosa.
Este fue el principio de
explotación del recurso natural que marcaría la economía los siguientes 35
años. Las bondades entre esta industria y las que la precedieron, como la del
palo de tinte y maderas preciosas, permitieron la diversificación de las
actividades ocupacionales de la región.
En 1970 la pesca se efectuó
con 800 embarcaciones cuya capacidad fluctuaba entre tres y 50 toneladas. Las
estadísticas registraron 22 congeladoras y empacadoras de productos pesqueros,
cuatro astilleros, una escuela práctica de pesca y dos estaciones de biología.
Los pescadores realizaban sus
actividades en dos formas: como permisionarios libres, y organizados en
sociedades cooperativas. Los pescadores libres carecían de capital y de fuentes
de financiamiento adecuadas para realizar una explotación en mayor escala. Las
cooperativas pesqueras tenían vicios de origen muy arraigados que llevaron a la
necesidad de cancelar unas y, a otras, fue urgente otorgarles un financiamiento
más amplio a fin de que también pudieran salir del estancamiento en que se
llegaron a encontrar en algunos momentos. Por las razones económicas señaladas,
estos pescadores difícilmente aprovecharon la tecnología moderna para sus
actividades.
En 1976 comenzó el auge del
petróleo, a partir de entonces el presidente López Portillo confió en
que la pesca y el petróleo de Campeche serían la abundancia eterna para México.
Los dos recursos se fomentaron y desarrollaron casi paralelamente hasta que una
gran conflagración los puso frente a frente: el derrame petrolero del Ixtoc.
El accidente del Ixtoc sirvió
para poner de manifiesto un hecho: que el vertiginoso desarrollo de la
industria petrolera podía colocarla en curso de colisión con la industria la
pesquera, fuente de divisas y de ocupación para decenas de miles de personas.
En 1982 ocurrió la crisis
internacional que derrumbó los precios del petróleo y arrastró al sector
pesquero. Después de cobrar gran auge e importancia en el siglo XX, la industria
pesquera de altura iría paulatinamente desapareciendo hasta inicios del siglo
XXI.
En la actualidad, en Campeche,
sólo operan 108 barcos de altura de las más de 800 embarcaciones que llegaron a
existir en la década de los años setenta. La restricción de grandes áreas de
pesca de altura por Petroleós Mexicanos, los altos precios de insumos y la
inadecuada instrumentación de las vedas, han afectado severamente esta
actividad económica.
El petróleo
Plataforma Petrolera en la Sonda de Campeche.
En 1982 Campeche empezó a ser
más citado por la producción petrolera que por sus notables recursos pesqueros.
La flota de captura camaronera comenzó a desintegrarse. Se repitió el ciclo que
fracturó al palo de tinte y las
maderas preciosas, como también al chicle. Después
del camarón y la pesca, surgieron
el petróleo y su
industria.
A principios del siglo, la
compañía Pearson realizó investigaciones en tierra firme que no dieron ningún
resultado concreto. Era el mar el que tenía reservada otra riqueza. Rudesindo
Cantarell, dueño de un barco pesquero, descubrió la zona petrolera más
importante de México frente a las costas de Ciudad del Carmen. Antes de morir en Isla
Aguada, en mayo de 1997, contó que en el año de 1961 operaba en el golfo de
Campeche:
"[...]
en una ocasión después de tres días, bajó hacia el Sur. Como a eso de las diez
de la mañana, cuando hacía calma, vi algo que parecía una mancha de aceite en
el mar. Por un momento pensé que podía ser de otro barco. La verdad no le tomé
mucha atención. Anduvimos como a unos treinta metros de distancia del manchón y
ahí fondeamos. Por la noche nos pusimos a pescar y volvimos a ver la mancha,
que era como de 100 metros de largo. Cinco días después, ahora sí me llamó
mucho la atención hasta que me acerqué. Vi una burbuja, luego otra y otra. Entonces
les grité a los demás: ¡Vengan a ver esto, creo que es petróleo!".
El propio Rudesindo señaló que
guardó silencio por algunos años, no muy seguro de que su descubrimiento fuera
trascendental, pero entre dudas y reflexiones creyó haber visto algo importante
para el país, y en un viaje a Veracruz le confió a
un amigo petrolero sus observaciones, y éste le dijo que fuera a las oficinas
de Pemex en Coatzacoalcos. No le creyeron, pero tres
años más tarde, en marzo de 1971, llegaron técnicos buscándolo y Cantarell los llevó al lugar. Así se
enteró de la enorme reserva energética que había descubierto. En 1976 comenzó
el auge del petróleo, que en ese entonces tenía importancia y precio
internacional. En ese año se terminó el pozo Chac 1, quedando así instalada la
primera estructura. A ella siguieron otras como Akal y Nohoch, que constituyen
lo que ahora se conoce como Complejo Cantarell.
Declinación de Cantarell
Los primeros barriles de
petróleo de Cantarell se produjeron en junio de
1979, con un promedio diario de 4 mil 290 barriles. Para diciembre, la
producción alcanzaba los 239 mil barriles diarios. El efecto Cantarell se hizo
sentir rápidamente. De producir 748 mil barriles diarios durante los setentas,
el promedio de producción diaria del país creció hasta alcanzar 2,5 millones de
barriles en la década de los ochentas, 2,8 millones en los noventas y 3,2
millones en el periodo 2000-2007. El complejo representó el 36,7 por ciento de
la producción total de petróleo de los ochentas, el 40,8 por ciento de los
noventas y el 56,8 por ciento en el periodo 2000-2007.
En el mes de diciembre del
2003, Cantarell alcanzó su pico de producción al promediar 2,21 millones de
barriles diarios. Es también ese mes cuando la producción global de México
alcanzó su nivel más alto de la historia: 3 millones 454 mil barriles diarios.
A principios del año 2004, Cantarell
inició un proceso natural de declinación, lo que repercute de manera
directa en la caída de la producción nacional de crudo. En el año 2004 la
producción del complejo representaba el 63,2% de la producción de crudo en México.10
En 2008, Pemex estimó
inicialmente que el campo produciría un millón 312 mil barriles diarios en
promedio. Sin embargo, arrojó un nivel de producción de un millón 47 mil
barriles diarios en promedio, lo que significa 265 mil barriles diarios menos
de lo previsto originalmente.11 12 Se preveé que la producción
de Cantarell al 2012, será de alrededor de 600 y 700 mil barriles por día,
nivel en el que se estima tenderá a estabilizarse para los subsecuentes años. A
nivel de activo integral, la relación reserva probada-producción de Cantarell
es de 6,8 años, según la prospectiva del 2008.10
En febrero de 2009 el Complejo Ku-Maloob-Zaap, localizado
también en la Sonda de Campeche, desplazó en producción al Complejo Cantarell, al
alcanzar una producción diaria de 787.000 barriles de crudo, 15.000 más que
Cantarell.13 Se estima que el Complejo
Ku-Maloob-Zaap llegará a su pico de producción para el año 2011 cuando iniciará
su declinación.14
Campeche actual y su economía
En 2008 se formuló el Programa Regional de Desarrollo
Urbano-Turístico del Corredor Escárcega-Xpujil, enfocado al desarrollo de
proyectos turísticos y privilegiando el crecimiento ordenado de la densidad
demográfica y el impacto de su actividad económica en la región. De igual
manera, se elaboró el Programa Regional de Desarrollo Turístico del Corredor
Costero: Ciudad de San Francisco de Campeche–Ciudad del Carmen con el que
se pretende un desarrollo planeado de la actividad turística en dicha franja
costera; se pretenden fomentar segmentos de turismo de playa, excursiones de
crucero, pesca deportiva e invitar al desarrollo de productos turísticos, tanto
tradicional de sol y playa, como inmobiliarios y del segmento de naturaleza.
Viñedo ubicado en el complejo agropecuario Santa Genoveva, primer viñedo
del sureste mexicano.
Campos menonitas de Hopelchén, Campeche.
Granja acuicola en el poblado de Bethania. La acuacualtura es una de las muchas
actividades productivas con un gran potencial en Campeche.
La economía de Campeche
se sustenta en diversos sectores productivos, entre los se encuentran el
extractivo (petróleo), turismo, la agricultura, pesca y la industria
manufacturera; también el sector servicios y el comercio, contribuyen al
producto interno campechano.
El sector agrícola de Campeche
se caracteriza por la producción de chicozapote, semilla de calabaza y arroz
palay, siendo el principal productor de estos cultivos a nivel nacional.
También se cultivan frutas tropicales como naranja, limón, papaya, mango de
manila, caña de azúcar, sandía, guanábana y almendra.
En cuanto al sector ganadero,
en Campeche se cría principalmente ganado bovino y
porcino; el sistema de explotación es de tipo extensivo con rotación de
potreros. Aunque en todo el estado encontramos ganado bovino es, en la parte
sur y centro donde se localiza la mayor población de esta especie, dadas las
características naturales propicias para su desarrollo. El ganado porcino se
explota tanto en forma doméstica, como en granjas que se encuentran ubicadas
por lo general en el centro y norte del estado; generalmente se explotan con
doble propósito, para carne y para leche.
La actividad pesquera, también
de gran importancia en el estado, ya que muchas personas en la región dependen
de los recursos acuáticos para subsistir. Las costas de Campeche albergan
diversas especies de gran demanda nacional e internacional como camarón,
sierra, róbalo y tiburón; es el estado con mayor
captura pesquera de róbalo y jurel.
La industria del estado está
formada por cuatro ramas: la manufacturera, la del petróleo y gas, la
de construcción y otras que agrupa a la de pesca y a las agroindustrias. Este
sector está conformado por empresas de empaque y conservación de especies
marinas, elaboración de bebidas, galletas, harinas, azúcar, envasado y filtrado
de miel, aserraderos, carpinterías, colorantes vegetales, trituradoras, fábrica
de block y cal, entre otras.
La minería, en donde
se incluye la extracción de petróleo crudo, es la actividad más significativa
del estado de Campeche, la cual representa el 45,2% del PIB estatal. En la
actualidad, Ciudad del Carmen concentra la mayoría de las actividades
relacionadas con el sector.
Respecto al sector comercial,
se caracteriza por ser tradicional y está integrado principalmente por pequeños
establecimientos, que generalmente son empresas familiares, aunque en la última
década se ha ido modernizando con la introducción de centros comerciales y
plazas. Dentro del comercio exterior, está la exportación del camarón,
pescados, miel, y productos agroforestales; la mayoría de las importaciones son
productos de consumo inmediato con poco valor comercial a diferencia de las
demandadas, en su mayoría, por Petróleos Mexicanos que son bienes de capital.
Dentro del sector de servicios
la actividad más representativa es el turismo. El estado
cuenta con diversos atractivos naturales e históricos que permiten al visitante
disfrutar de una gran variedad de paisajes y conocer el legado de la cultura
maya y de la época colonial.
Regiones económicas
- Región de la costa (abarca todo el litoral de estado): explotación
pesquera, de sal, petróleo, copra y turismo.
- Región de la montaña (norte y este): explotación de madera, chicle,
agricultura, apicultura, pecuario y turismo.
- Región de la selva (centro y sur): agricultura, ganadería,
explotación de maderas y turismo.
- Región de los ríos (suroeste): pesca, agricultura, ganadería,
producción de caña de azúcar y turismo.
Indicadores
- PIB 2004 (a precios
corriente): 8.197
- Participación nacional: 1,2%
- Variación anual: 2,25%
Población por sectores económicos
- Población total: 771.822
- Población económicamente activa: 335.038
- Población ocupada total: 328.907
- Población desocupada total: 6.131
- Agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca: 60.369
- Extractiva y electricidad: 10.416
- Manufacturera: 31.636
- Construcción: 34.461
- Comercio: 54.458
- Servicios: 111.243
- Gobierno y organismos: 25.685
Turismo
El turismo en Campeche ha
tenido un fuerte impulso en los últimos años. En la actualidad, existen
diversos proyectos para fomentar el crecimiento de la actividad turística en
diversas regiones de la geografía del estado.
Apuntalando la actividad
turística los lugares emblemáticos en Campeche son:
- Ciudades y pueblos coloniales: la
ciudad histórica y fortificada de San Francisco de Campeche,
declarada Patrimonio de la Humanidad, donde prevalecen restos de la
antigua muralla que la rodeaba, con sus históricos baluartes, puertas,
fuertes, baterías, y su centro y barrios históricos; Palizada, peculiar
poblado de arquitectura neoclásica situado a orillas del río Palizada;
Becál, pequeño poblado, en donde se combinan las construcciones de estilo
neoclásico con las chozas mayas. Existen en Campeche otros poblados con
diversos atractivos históricos.
- Haciendas: en estas operó la
industria agrícola y forestal del estado: maíz, caña de azúcar, henequén,
palo de tinte. Dispersas a lo largo del estado, algunas han sido
reconstruidas y rehabilitadas con fines turísticos. Destacan las haciendas
de Uayamón,
Blanca Flor, San Luis Carpizo, San José Carpizo, Chunkanán, Tankuché.
- Sitios arqueológicos mayas: el
estado de Campeche cuenta con un gran número de sitios arqueológicos mayas
abiertos al público. Destacan: Calakmul, una de las principales
ciudades mayas del período clásico, sitio declarado Patrimonio de la
Humanidad; Edzná, con
su majestuoso templo de los cinco pisos y demás estructuras; Isla Uaymil; Isla de Jaina; Becán; Chicaná; Xpujil; El Tigre; Hormiguero;
Hochob; Balamkú; Santa Rosa X'tampak;
Río Bec. Hay otros sitios, innumerables, en proceso de ser abiertos al
público y aún muchos inexplorados.
- La costa: el litoral campechano
cuenta con 523,3 km de extensión; por su variedad de paisajes naturales,
constituye una zona idónea para el disfrute de diversas actividades
turísticas. En la costa norte del estado, el litoral está conformado por
una extensa franja de manglares; hacia el sur, en el litoral de los
municipios de Campeche y el norte de Champotón, la costa es árida, con
numerosas colinas boscosas que forman hermosas salientes y ensenadas;
siguiendo la línea de costa, en los municipios de Champotón y Carmen, se
forma una extensa franja arenosa, que cuenta con playas de gran
importancia, pues en estas anidan diversas especies de tortugas marinas.
Sobresale por su variedad de paisajes naturales la Isla del Carmen, isla
que separa a la Laguna de Términos del Golfo de México y en la que se
localiza la ciudad del Carmen. Playas: Punta Xen, Chenkán, Sabancuy, Isla
Aguada, Puerto Real, Punta San Julián, Bahamitas, Tortugueros, Playa
Norte, Xicalango.
- Sitios arqueológicos subacuáticos: en los
últimos años se han hallado más de 130 sitios arqueológicos frente a las
costas de Campeche, estos abarcan desde la prehistoria hasta el siglo XX,
pero en su mayoría se trata de barcos hundidos ubicados en arrecifes de
coral poco profundos; además, existen múltiples naufragios codiciados,
como el de la nave almiranta Nuestra Señora del Juncal, un galeón
de la Flota de la Nueva España que naufragó en 1631 cargado con caudales
de monedas de oro y plata. También, a más de 100 km frente a la costa, se
encuentra el área de Arrecifes del Banco de Campeche, esta zona la
conforman algunos arrecifes emergentes los cuales
contienen pequeños cayos; como Cayo Arcas (Cayo
del Oeste, Cayo del Centro y Cayo del Este) y los Arrecifes Triángulos
(Triángulo Oeste, Triángulo Este y Triángulo Sur), asimismo, existen
diversos bancos arrecifales sumergidos como el Banco Obispo. Todo esto
hace de la Sonda de Campeche un lugar idóneo para la práctica del
submarinismo.
- Selvas, humedales, lagunas, esteros,
ríos, cenotes, grutas: 40% del territorio campechano es Área
Natural Protegida (Los petenes, Laguna de Términos, Calakmul, Balam Kin, Balam Kú y Ría Celestún,
colindando con el estado de Yucatán). En el año 2008 se
ingresó en la lista indicativa de
sitios mexicanos a formar parte del patrimonio mundial de la UNESCO a los
humedales de la Laguna de Términos-Centla y a la eco-región de Los
Petenes-Ría Celestún.18 19
Turismo en Campeche
|
|||||||
Manglares (Laguna de Términos)
|
Cenote Azul (Miguel Colorado)
|
||||||
Reserva de la Biosfera Los Petenes
|
Río Palizada
|
Campamento Tortuguero Chenkán
|
Sector petrolero
La minería, en donde se
incluye la extracción de petróleo crudo, es la actividad más significativa del
estado de Campeche, la cual representa el 45,2% del PIB estatal. El estado es
un importante generador de divisas debido a los ricos yacimientos petroleros de
la Sonda de Campeche, que generan dos terceras partes de la producción
nacional de crudo, esta situación convierte a la entidad en un centro donde se
requieren de servicios complementarios para las actividades de exploración y
producción de crudo que desarrolla la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos.
- Carga portuaria, lugar 1
- Empresas certifcadas como “limpia”, lugar 1
- Disponibilidad de capital y PIB industrial, lugar 1
- Productividad laboral, lugar 3
- PEA que ha recibido capacitación, lugar 5
- PEA con estudios superiores y posgrado, lugar 10
- Demandantes de conflicto laboral, lugar 11
- Porcentaje de Inversión sobre gasto total del gobierno, lugar 6
- Degradación de suelos, lugar 1020
Infraestructura
- Puertos. Seybaplaya (altura), Isla del
Carmen (altura), Cayo Arcas (PEMEX), Lerma (cabotaje), Champotón
(cabotaje) y San Francisco (cabotaje)
- Aeropuertos.
Aeropuerto Internacional Ing. Alberto Acuña Ongay de San Francisco de
Campeche y Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen
- Longitud de la red carretera. Año:
2005 Nacional: 355.796 km Estatal: 5.345 km
- Lonitud de la red ferroviaria. Año:
2005 Nacional: 26.662 km Estatal: 415,6 km
- Densidad de líneas telefónicas (por cada
100 habitantes). Año: 2006 Nacional: 18,94 Estatal: 11,00
- Líneas telefónicas residenciales y no
residenciales. Año: 2006 Nacional: 19.860.911 Estatal: 84.571
- Disponibilidad de energía eléctrica. Año:
2005 Nacional: 96,6% Estatal: 94,5%
- Disponibilidad de drenaje. Año:
2005 Nacional: 84,8% Estatal: 80,0%
- Disponibilidad de agua. Año:
2005 Nacional: 87,8% Estatal: 88,7%21
Demografía
- Población Total. Año:
2010 - 822 441, Lugar Nacional: 30°
- Eda Media (Años). Año:
2005 Nacional: 24 Estatal: 24 Lugar Nacional: 14°
- Esperanza de vida. Año:
2006 Nacional: 74,5 Entidad: 74,6 Lugar Nacional: 20°
- Tasa bruta de mortalidad (número de
defunciones por mil habitantes). Año: 2006 Nacional: 4,9
Estatal: 4,6 Lugar Nacional: 22°
- Condición de alfabetismo. Año:
2005 Nacional: 91,6% Estatal: 89,5% Lugar Nacional: 23°
- Promedio de escolaridad de la población
de 15 años y más. (Años). Año: 2005 Nacional: 8,1 Estatal: 7,9 Lugar Nacional: 21°
- Población con derechohabiencia a servicio
médico (%). Año: 2005 Nacional: 46,9% Estatal: 58,3% Lugar Nacional: 12°
- Relación de dependencia. Año:
2005 Nacional: 66,1 Estatal: 64,5 Lugar Nacional: 20°
- Índice de desarrollo humano. Año:
2004 Nacional: 0,8031 Estatal: 0,8263 Lugar Nacional: 9°22
Educación
Cultura
Gastronomía
La variada alimentación de los
mayas se
enriqueció más con la llegada de los españoles. Los navegantes aportaron a la gastronomía local nuevos componentes y
formas de preparación.
Un gran pilar de la
gastronomía campechana es sin duda la enorme variedad de productos que el mar
le ha proporcionado a sus habitantes desde tiempos inmemoriales. Las diversas
especies de pescado y el camarón han sido los principales ingredientes de
muchos de los alimentos de la región, aunque no hay que olvidar aquellos que
pertenecían originalmente a la cultura maya, como el pavo, el venado, el jabalí y posteriormente
el cerdo, introducido por los españoles.
Algunos de los ingredientes y
platos más característicos de Campeche son el cazón con el que se hacen panuchos, empanadas, tamales, tacos y pan de
cazón; el pámpano en escabeche y los camarones al coco, en paté, en coctel y en
platillos calientes; el chile x´catic que se prepara con relleno de cazón y
capeado; los cangrejos, de los que
se comen las patas en frío con distintos aderezos. También Hay esmedregal,
raya, sierra, pulpos, calamares y otras especies como el pámpano, que se
empapela con achiote y una pizca de cominos o se prepara en salsa verde; el
calamar relleno de camarón y los tamales rellenos de hoja de chaya y
huevo cocido, envueltos en hojas de plátano.
El chile habanero es el más común para las
salsas, aunque también se utilizan otros para hacer adobos; el achiote es muy
apreciado así como las especias y hierbas de olor.
La comida campechana es muy
similar a la yucateca, de modo que en ella encontramos expresiones culinarias
como el queso relleno, la cochinita pibil, el relleno negro y el famoso
mucbil-pollo.23
Recetas elaboradas a finales
del siglo
XIX y principios del XX,24 revelan una gran riqueza
culinaria. Sin embargo, por el hecho de que algunos de los ingredientes
utilizados en aquellos tiempos (como tortugas marinas), están vedados ya que las
especies involucradas se encuentran en peligro de extinción, estos platillos
tradicionales ya no son cocinadas. A pesar de ello, tales recetas son
testimonio de la diversidad culinaria de la región.
Traje Regional de Campeche
Artesanías campechanas; blusa del traje regional.
Las mujeres del Estado de
Campeche tiene dos trajes típicos; el hipil peninsular y el de
"Campechana".
Particularmente en los
municipios de Hopelchen, Hecelchakan, Calkini, Tenabo y en el de Campeche, al traje típico para la
mujer se le llama hipil. En su forma más elaborada, forma el hipil parte de un
terno (vestido que consta de tres partes): jubón, fustán y el propio hipil. El
terno es el traje que portan las mujeres campechanas en la tradicional fiesta
llamada Vaquería.
El hipil (huipil se le llama
en otras partes de México) es generalmente un vestido blanco, de la misma
dimensión desde arriba hasta abajo, cosido lateralmente, con dos aberturas para
los brazos y una más en forma rectangular para la cabeza. El cuello y mangas
así como en la parte inferior el vestido está decorados con motivos de gran
colorido, generalmente bordados. Debajo del hipil, se usa una enagua larga y
amplia llamada fustán (pic en lengua maya), que generalmente también lleva
bordada la parte inferior. El terno es una variante del huipil, es el traje que
portan las mujeres campechanas en la tradicional fiesta llama Vaquería.
El traje de gala masculino
consta de una filipina de lino blanco, pantalón blanco, completandose el
conjunto con un elegante sombrero y alpargatas,
El traje de la Ciudad de San
Francisco de Campeche es. En el caso de las mujeres, estas solían estrenar
cuatro veces al año: en el carnaval y en las
fiestas de San Juan, San Román y la Purísima Concepción. En aquella época las
patronas le regalaban a su servidumbre los ajuares completos,
que con el paso del tiempo se convirtieron en el traje típico de la mujer
campechana (Ciudad de San Francisco de Campeche) .
La mujer campechana,
especialmente la que vivía dentro del recinto amurallado de San Francisco de Campeche, vistió al
principio el "huipil", con una blusa o camisa
que conserva la misma hechura de la parte superior del "huipil"
original, la blusa se borda a mano con hilos negros alrededor del cuello, de
forma cuadrada y de las mangas y del cuello. Los motivos que se bordan están
inspirados en las flores de cebolla y calabaza; la primera es más vistosa y más
rica en belleza, plasmándose sobre el fondo bordado de lino un bordado de hilo
de algodón negro con los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y naves con
velamen en actitud de arribo. La orilla del cuello y de las mangas lleva un
breve encaje que confeccionan con hilos negros y con la misma aguja que han
bordado el "punto de cruz". Este
encaje se denomina "puntillo" y algunas personas lo llaman
"lomillo".
La falda o saya que llega
hasta los tobillos es de percal o zaraza, tafeta fina estampada o brocado
español, a veces termina con un olán de la misma tela al cual le llaman
"arandela". Debajo de la saya lleva una pollera blanca, llamada
enagua, recogida al igual que la saya. Complementan el traje un hermoso reboso
de Santa María, que saben llevar con gran garbo; este reboso ha sustituido
definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba. Por último
las chanclas o chancletas, confeccionadas en suela dura
y charol negro sobre en que se afanan los zapateros con bordados en hilera
blanca. Estas chanclas, tienen una reminiscencia morisca. Las puntas se
proyectan hacia arriba, en la parte trasera en breve tacón, ya que gustan las
bailadoras de armonizar en los sonidos musicales con el golpe del tacón al
bailar, el folclore. Se adornan el pelo con peinetas de carey, semicirculares con
incrustaciones de oro, monedas antiguas y piedras preciosas.
De su cuello pende una gruesa
cadena de oro llamada "soguilla salomónica". A veces éstas son tan
largas, que abarcan tres vueltas al cuello, llegando hasta la región del
ombligo. De esta soguilla penden invariablemente seis monedas antiguas de diez
pesos de oro y rematadas por un doblón español o una imagen pesada de oro puro.
Los aretes son monedas y a veces una paloma prendida en el óvulo de la oreja;
sostienen las alas y el pico, respectivamente, breves cadenillas que rematan en
esferas de oro puro. Su peinado es una larga trenza y moño de vistoso color.
El traje típico masculino
consta de pantalón blanco, ancho en las caderas y camisa blanca larga abrochada
con botones de oro unidos por una cadena, sombrero de jipi japa, y por
calzado, alpargatas de piel de ganado vacuno, con medio tacón.
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